Hackean la red de encuentros sexuales Ashley Madison

Ashley Madison ha sido una de las redes sociales especializadas en procurar encuentros entre personas de sexo distinto. No siempre es el sexo lo que buscan las personas, sino gente afín a sus propias personalidades, ya sea por el signo de nacimiento, el gusto por el cine, los deportes o las actividades al aire libre. Aunque es válido anunciarse y buscar personas desde el anonimato, la seguridad de las personas requiere comprometer un dato personal muy delicado, el número de la tarjeta de crédito. Los datos de más de 37 millones de personas han sido comprometidas por un ataque de hackers.

No sólo la empresa ha reconocido este ataque cibernético que pone en riesgo los nombres de sus clientes, sino que los propios secuestradores de la información, de acuerdo al Wall Street Journal, dicen conocer qué tan buenos han sido los negocios de la empresa que maneja Ashley Madison.

La empresa publica perfiles de mujeres casadas y solteras y permite archivos privados con fotografías que pueden ser sexualmente explícitas. El negocio es que para ponerse en contacto con la persona interesada hay que pagar una cuota en dólares, sin importar el país en el que se encuentre.

En teoría los buscadores tienen filtros por edad, preferencias sexuales, y ubicación geográfica. La tarjeta de crédito es un requisito que asegura que la persona es real y podría ayudar en caso de que se presenten chantajistas, tratantes de personas o individuos que busquen algo más que una aventura romántica.

Pero como todo lo que se publica en el cibersespacio, puede haber problemas en el mundo real y esta vez hay una amenaza para todas las personas casadas, sin importar que buscaran algo tan inocente como compartir una película, salir de día de campo o alguien con quien jugar cartas, pues aunque muchos no lo crean, para muchas personas es la motivación principal: compartir una afición común, independientemente de que haya o no sexo.

Y claro, tampoco faltarán en el sistema mujeres en busca de hombres acaudalados que les resuelvan la existencia, prostitutas sofisticadas en busca de clientes, y personas de distintas orientaciones sexuales que se hagan pasar por lo que no son; pero en general a Ashley Madison hay que juzgarla sin moralismos y describirla como lo que realmente es: una empresa  que usa los más modernos  sistemas de comunicación para enlazar a personas que sufren, temporalmente, o ya por demasiado tiempo, problemas de incomunicación con gente del sexo opuesto.

El espionaje a su base de datos puede traer graves problemas a los usuarios, sobre todo en Estados Unidos, en donde el divorcio puede ser un gran negocio para quienes sólo quieren del consorte los bienes materiales y ninguna otra cosa más. El chantaje es un delito grave dentro y fuera del matrimonio. Hay que esperar que no se consume con este robo de datos, para que el sexo consentido entre adultos sea lo que debe ser, una ocasión para la salud y la felicidad y no para la tragedia y las lamentaciones.