Oscar Arturo Medina Castelán
Silvio Rodríguez
Una de las cosas más ricas que tiene el sexo, sabe usted, es esa infinita cantidad de cosas que, según las buenas costumbres, son malas y provienen del diablo, pero para los mundanos, para los que gustamos del “mmmm qué rico” son solo paliativos para sobrellevar un mundo ordenado, donde las buenas costumbres marcan la pauta y donde está estrictamente prohibido pasar un buen rato.
Acomedida y fiel lectora decidió adelantarse a su fin de semana y empezar con esto de darle gusto a “las patitas”, en hora buena y la verdad se ve súper divertido.
La vida, según entiendo, es buena cuando tenemos en nuestro existir muchos buenos ratos que sumados, hacen que de vez en diario, regresemos al mundo de los mortales con senda sonrisa en el rostro, pero sobre todo con dolores en partes de nuestro cuerpo que no sabíamos que existían, es decir, si el sexo no marca, entonces como qué no sabe.
Entre las cosas “locas” por llamarlo de alguna manera, se encuentra ese gusto por incorporar los pies (de ambos) a las actividades sexuales.
Es decir, además de boca, vagina, recto, manos y senos también se puede (a dios gracias) lograr que la pareja sienta delicioso si nos ponemos creativos con nuestras “patitas”.
Pero a ver, de qué se trata esto: Entre los miles de fetiches que existe, obvio no podía faltar, el de sentir excitación por los pies (masculinos o femeninos) y todo lo que eso implique, aroma, textura, sabor, zapatos, medias y calcetines.
Dicen los que saben que un fetichista del pie es aquel (generalmente hombres, pero como sabemos perversiones vemos gustos no sabemos) que puede excitarse sexualmente al ver, tocar, acariciar, chupar, oler, lamer o besar los pies de otra persona.
Existen también fetichistas que disfrutan castigando los pies de otras personas, azotes con fuete, cera en la planta del pie o cosquillas (Mmm qué dulce tormento pensaría yo) pero nuevamente los que saben, aseguran que éstos representan una variante de BDSM sin relación con el fetichismo de pies convencional.
Cabe destacar que un fetichista de pies tiene una respuesta de excitación sexual similar a la que se puede tener al estar frente a los genitales u otros rasgos específicos de cada sexo como los senos, el pene o las nalgas.
Algunos fetichistas de pies disfrutan practicando con sus parejas la técnica llamada “Footjob” la cual consiste en un masaje erótico practicado con los pies, obvio, donde se puede usar lubricante y donde el semen sobre los pies desnudos dicen (sí, ajá) es el mayor de los premios.
Hace unos párrafos decía que este fetiche llamado podofilia (me suena a podólogo y pues obvio sí) es más de los hombres, en mucho porque dando una vuelta por los tradicionales sitios porno, (benditos sean) las imágenes de esta práctica están destinadas principalmente a varones heterosexuales.
Esto es una pena, ya que no hay producciones de este fetichismo para mujeres.
Si bien hay sitios que combinan lesbianismo con fetiche de pies, como Hot Legs and Feet, se trata de material destinado al público masculino.
Lo más que se pudo encontrar fueron sitios de fetichismo de pies protagonizados por transexuales, y que también están dirigidos al público masculino, como Mallory´s Feet.
Así como páginas destinadas al público gay con imágenes de pies masculinos para hombres.
Lo cierto es que en la práctica, pies y sexo, se disfruta sin importar la preferencia sexual, por ejemplo, si bien es cierto que las mujeres se ven deliciosas cuando se presentan solo con medias y tacones, muchas damas gustan de ver en las mismas condiciones a sus parejas masculinas, no, sí son bien perversas.
También hay parejas de lesbianas que disfrutan con el uso de medias, tacones y de besar los pies de su pareja.
Porque los dedos y la planta del pie, son extremadamente sensibles y con un poco de lujuria se pueden convertir en deliciosas zonas erógenas.
Ciertamente, no hay nada más rico que en un momento de pasión besar, morder, chupar los pies de la otra persona (hombre o mujer) cuando entre el “estiras y me encojo” la boca de uno por extraña razón llega a los pies del otro.
También tiene mucho de erótico, recorrer con los pies el pene o los labios vaginales, obvio con las precauciones propias del caso.
Por otra parte debemos considerar el aspecto visual de involucrar los pies en el sexo que es por demás interesante, imagine: dos personas desnudas con las piernas estiradas buscando los genitales del otro, es decir, a la vista todo el cuerpo del amante… Mmmm qué rico, si eso no excita, pues la verdad no se qué pensar.
Obvio, como toda filia, decentes y dignas, hay variaciones, para los que buscan ir un paso más allá (qué poético) así que existe el “Barefoot”, que es el gusto por los pies descalzos, el “Bootjob” que se define como sexo con botas y el clásico “Heeljob”, sexo con tacones.
También tenemos el “Sandaljob”, sexo con sandalias, el “Shoejob”, sexo con zapatos, el “Sockjob”, sexo con medias, “Solejob”, sexo con las plantas de los pies y el “Toejob”, sexo con los dedos de los pies.
Entre las prácticas más complejas y relacionadas con el BDSM (Mmmmm de aquí soy) se encuentra el “Foot Worship”, adoración de pies, el “tickling” o cosquillas en los pies y el “trampling” pisar el cuerpo.
Bien, el tema es amplio, así que la tarea para este fin de semana es: el viernes en la noche o el sábado temprano, ir con el podólogo, para que nos pongan “bonitos” los pies, sin uñas, ni pellejos, para regresando a casa, fuera ropa y poner a trabajar a nuestras patitas.
Para decir adiós
Ok… No teniendo nada más que decir… Solo basta recordar que para declaraciones coquetas o confesiones candentes queda el correo: medinaarturo@gmail.com
Pero si la urgencia es mayor y es menester el análisis en ropa interior o mejor aún en cueros, pongan algo en el blog https://callemelancoliatgo.wordpress.com/
Hasta la próxima.
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